Las bolsas de plástico son uno de los residuos más comunes y persistentes en el ambiente. Su uso masivo, combinado con su escasa vida útil y su lenta degradación, las convierte en una de las principales fuentes de contaminación en suelos, cursos de agua y océanos.
Cada 3 de julio, el Día Mundial Libre de Bolsas de Plástico nos invita a reflexionar sobre los impactos del consumo desmedido y la necesidad de cambiar nuestros hábitos cotidianos. Pero sobre todo, nos recuerda que los problemas ambientales no se resuelven únicamente con prohibiciones o sustituciones, sino con educación.
Desde Ambientis Natura, creemos que la educación ambiental es una herramienta clave para construir sociedades más informadas, responsables y comprometidas con la sostenibilidad. A través de ella, es posible comprender la magnitud de los desafíos ecológicos, cuestionar prácticas arraigadas y promover decisiones más conscientes tanto a nivel individual como colectivo.
Reemplazar las bolsas plásticas por otras opciones reutilizables es un paso importante, pero no suficiente si no está acompañado por un cambio cultural más profundo. Un cambio que reconozca el valor de los recursos naturales, que priorice la prevención por sobre la remediación y que nos ayude a construir una relación más equilibrada con el entorno.
En ese sentido, promover el pensamiento crítico, el acceso a información confiable y la incorporación de la dimensión ambiental en distintos espacios de formación es fundamental para avanzar hacia un modelo de desarrollo más justo y sostenible.Reducir el uso de plásticos de un solo uso es urgente. Pero también lo es fortalecer la comprensión ambiental en escuelas, comunidades, empresas e instituciones, promoviendo decisiones más responsables que contribuyan a cuidar el entorno y garantizar un futuro sostenible.
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