Bajo el gobierno ultraderechista de Bolsonaro, la deforestación en la Amazonía creció un 70%, un nivel que el país nórdico calificó de “escandaloso”.
Tras la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Noruega confirmó este lunes que reactivará el Fondo Amazonía, que fue suspendido por el país europeo en 2019 tras conocer la política ambiental que implementaría el presidente Jair Bolsonaro.
Brasil alcanzó un nuevo récord de deforestación
“Tuvimos una muy buena y estrecha colaboración con el gobierno antes de Bolsonaro, y la deforestación en Brasil bajó durante la presidencia de Lula. Luego tuvimos el choque frontal con Bolsonaro, cuyo enfoque era diametralmente opuesto en términos ambientales”, explicó el ministro de la Agencia Ambiental Noruega, Espen Barth Eide.
Noruega fue el mayor donante del fondo, ya que, entre 2008 y 2018, aportó 1200 millones de dólares a la iniciativa, que paga a Brasil para prevenir, monitorear y combatir la deforestación. En esta línea, Alemania es el segundo mayor donante y también suspendió las transferencias desde 2019.
Bajo el gobierno ultraderechista de Bolsonaro, la deforestación en la Amazonía creció un 70%, un nivel que Eide calificó de “escandaloso”. El funcionario noruego agregó que Noruega siempre consideró el énfasis de Lula en la protección de los bosques y los pueblos indígenas.
Según el ministro noruego, el fondo tiene actualmente alrededor de R $2,5 mil millones sin utilizar. Anunció que tiene la intención de contactar al equipo de Lula lo antes posible para preparar la reanudación de la cooperación.
Bolsonaro rompió el acuerdo y Noruega canceló el pacto
Noruega suspendió las transferencias a la iniciativa en agosto de 2019, luego de que el gobierno de Bolsonaro extinguiera unilateralmente dos comités que se encargaban de administrar el fondo, rompiendo el acuerdo entre los países que definía las reglas del proyecto. Los fondos fueron administrados por un equipo creado para llevar a cabo esta tarea dentro del Banco de Desarrollo de Brasil (BNDES).
El entonces ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, criticó la gestión del fondo e hizo acusaciones generales de irregularidades en organizaciones no gubernamentales, lo que Noruega rechazó. Salles también quiso destinar parte de los fondos para indemnizar a los terratenientes que viven en áreas incluidas en unidades de conservación amazónicas, lo que hoy no está permitido.
La interrupción de las transferencias ocurrió en medio del aumento de la deforestación en la Amazonía, lo que el gobierno noruego entendió como una falta de interés de Brasilia en contener la deforestación ilegal de la selva.
¿Qué es el Fondo Amazonia?
El Fondo Amazonia fue creado en 2008 en el segundo periodo presidencial de Lula para captar donaciones destinadas a “inversiones no reembolsables en proyectos de prevención, monitoreo y combate a la deforestación, además de la conservación y del uso sustentable de los bosques en el bioma amazónico”.
El Banco de Desarrollo de Brasil (BNDES) es el gestor de los fondos, además de captar los recursos, y encargado de seleccionar los proyectos y monitorear sus acciones tras ser contratados. Según señalan en su página web, su objetivo principal es “incentivar la protección a este patrimonio y el desarrollo sostenible de la región”.
La Amazonia es la mayor región de bosque de todo el planeta. Según denuncia la ONG ecologista Greenpeace, desde 1970 solamente en Brasil se ha perdido más superficie forestal que el tamaño de toda Francia. Las principales causas de deforestación han sido la creación de pastos para la ganadería y el cultivo de soja.
Entre los años 2020 y 2021, indica Greenpeace, la Amazonia brasileña perdió 8.712 Km2 de selva, el peor dato en los últimos 13 años.
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